miércoles, 14 de enero de 2009

Perdidas que pasan por algo

Todo en la vida pasa por algo, perdemos amistades o amores. Pero ante situaciones así y con todo el dolor que ello puede implicar, hay que seguir adelante y tener la madurez suficiente para aceptar y meditar el porque se dan las cosas.
Más allá de buscar culpables, hay que reflexionar sobre las enseñanzas que la relación o la persona nos dejó. Cada una de las personas que nos topamos en nuestra vida tienen un propósito, pero siempre llega el momento que por una u otra razón se tienen que alejar de nuestras vidas. La cuestión es aprender a cerrar círculos y no quedarnos dando vueltas en una etapa que más bien nos puede perjudicar, de cada experiencia obtenemos madurez pero en nosotros está tomarla o dejarla ir y hacer como si nada hubiera pasado.
Y como dicen si uno puerta se cierra, otras se abrirán; pero si nos quedamos viendo la puerta que se cerró no vamos a poder aprovechar las oportunidades que las otras puertas nos pueden brindar, y más importante poder entrar por esas otras puertas con la experiencia y madurez que nos dejó la que se nos cerró.