miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un golpe a la frustración

Hay momentos en los que la frustración se puede apoderar de tu ser, de tus emociones, de tus deseos y hasta de tus ganas. Es doloroso como a veces no ves la salida y no encuentras esa orilla a la cual aferrarte por mucho que busques.

Pero luego de hallar esa orilla y caer una y otra vez, te puedes dar cuenta que no es imposible, que el problema no está en caer en la frustración sino saber cuál es esa orilla que te ayuda a salir.

Importante es discernir cuál es la principal causa de frustración, y así cada vez que el motivo toque la puerta poder afrontarlo con la frente en alto para que así, si tenemos que caer el golpe no sea tan duro y el levantarse sea más rápido.

Quizás desahogarse escribiendo, tal vez oyendo una canción a todo volumen, quizás llorando sin dejar que el llanto te domine, puede ser jugando, leyendo o haciendo cualquier otra cosa, lo importante es no dejarle espacio a ese sentimiento de frustración que nos daña.